¿Cómo obtener la certificación energética?
Con la entrada en vigor de la normativa sobre certificación energética es obligatorio que cualquier edificio en venta o alquiler incluya una etiqueta clasificando el consumo energético del inmueble.
El certificado de eficiencia energética tiene una validez de 10 años, y es el propietario el responsable de su renovación. Esto afecta los contratos de compraventa o arrendamiento hechos a partir del 1 de junio. Si es éste tu caso, aprende cómo debes conseguirlo. Lo primero que hay que hacer es identificar un técnico competente en la zona. Puedes encontrar un listado con el registro de profesionales habilitados en tu Comunidad Autónoma para hacer estas certificaciones. Es importante que sea un profesional especialista, arquitecto o ingeniero, con experiencia en este proceso, puesto que para la valoración de la toma de datos y la modelización informática hay que tener conocimientos específicos en este campo.
No hay un precio fijado por la Administración para el certificado sino que cada certificador tiene una propuesta. Las tarifas suelen variar en función de la complejidad y situación del inmueble. Sin embargo, algunos factores pueden simplificar el trabajo de los técnicos y hacer disminuir el coste del trabajo, como entregar los planos del inmueble. También es necesario que se visite el edificio para que se conozcan las características básicas antes de hacer un presupuesto. El precio debe incluir todos los costes (movilidad del certificador, trabajo de redacción del documento, impuestos, impresión y entrega del certificado).
Trámites administrativos para la certificación
El trabajo del certificador consiste en cuantificar la emisión de CO2 por cada metro cuadrado de edificio en relación a las demandas o necesidades energéticas, y los rendimientos de los equipos e instalaciones. Una vez que el técnico ha evaluado la vivienda y elaborado el certificado, hay que comunicarlo al organismo competente en cada Comunidad Autónoma, que implica unas tasas.
El certificado tiene validez una vez revisado por la Administración, que comprueba que la evaluación se ha ejecutado de forma correcta y la calificación de la vivienda es la adecuada. Este trámite puede hacerlo cualquier persona o encargarse el propio técnico; no es necesario que se realice personalmente.
Las comunidades autónomas están obligadas a crear un registro público con los inmuebles acreditados y su correspondiente calificación energética, a los que se les asigna un número de registro.
Una parte importante del patrimonio de edificios y de oficinas de Colonial cuenta con la etiqueta de eficiencia energética, con una calificación B – en la escala alfabética donde A es el máximo nivel de eficiencia y G es el menor— cumpliendo así con los estándares de sostenibilidad que permiten una optimización de los recursos y un ahorro en el consumo energético. Toda la información sobre los inmuebles disponibles y sus características se puede consultar desde el directorio de Oficinas Colonial.