Tendencias en coworking para 2023
El último informe del Estado del Coworking en España confirma el fortalecimiento de este fenómeno socioprofesional: durante el año 2021 experimentó un crecimiento del 39%. Y, a falta de cifras oficiales sobre la totalidad del curso 2022, estudios como el Employer Brand Research de Randstad apuntan en la misma línea. El coworking ha venido para quedarse. Entre otras cosas debido a su naturaleza flexible, que le permite evolucionar e ir adaptándose progresivamente a las nuevas necesidades de las empresas, de los profesionales y de la sociedad. Surgen nuevos servicios. Nuevas actitudes. Nuevas tendencias. Y estas son las que más crecerán en los próximos años:
Singularidad de los interiores
Son muchas las razones por las que las empresas y los profesionales freelance deciden contratar espacios de coworking. Las sinergias e interacciones transversales, las prestaciones tecnológicas y espaciales, la facilidad de concentración... Pero también, y en muchos casos como fuerza prioritaria, el deseo de operar desde un entorno estéticamente estimulante. En ese sentido, las empresas de coworking invierten cada vez más energías en desarrollar estilos de interiorismo únicos. Utopicus es un ejemplo. La elegancia de sus oficinas de la Avenida Diagonal de Barcelona contrasta profundamente con la frescura colorida de sus oficinas de Paseo de la Habana en Madrid.
De los bosques a las oficinas
Esta tendencia, la de incorporar cada vez más vegetación en las oficinas, es una tendencia que lleva creciendo muchos años y sin la cual ya no puede entenderse ni la edificación ni el urbanismo del siglo XXI. Los espacios de trabajo requieren verde. Y, además, y en línea con lo anterior, un verde concreto que case con el diseño interior de cada espacio específico. De las plantas colgantes de Utopicus Gran Vía al árbol que preside la gran sala flexible de Utopicus Francisco Silvela, y pasando por la omnipresencia de las plantas de interior en las oficinas de Utopicus Glòries en Barcelona, uno de los espacios profesionales con mayor conexión con la naturaleza de toda la ciudad.
Más espacios de ocio
El concepto de oficina human centric está ideado para compañías human centric que comprenden que el bienestar del trabajador no es solo una prioridad moral sino también un potenciador de su concentración, de su creatividad y en última instancia de su rendimiento. De ahí que los entornos de coworking estén apostando cada vez más por integrar rincones de ocio en los que los trabajadores de las empresas y los trabajadores autónomos puedan desconectar activamente. Cafeterías, gimnasios, salas de juego, terrazas en las que contemplar con tranquilidad el mar, tal como ocurre en las oficinas Utopicus en Torre Marenostrum. La integración trabajo-ocio es clave.
Conexión con otros servicios
Pero no solo esa integración en particular. En realidad, la integración general es una aspiración más y más presente cada año dentro del universo coworking. El hecho de que las oficinas y los espacios abiertos de trabajo se encuentren cerca de estaciones de autobús, de tren o de metro facilita mucho la vida de sus usuarios. También el hecho de que haya cerca servicios que el coworking no puede ofrecer como centros de entrenamiento físico, restaurantes y cafeterías, supermercados, bibliotecas o incluso gabinetes de psicología. La idea es crear micromundos en los poder desarrollarse con comodidad. Como ocurre con Utopicus Gal·la Placídia o Utopicus Plaça Catalunya.
Tecnologización de los espacios
La tecnologización de los espacios es inevitable y oblicua. Sin embargo, los entornos de trabajo como los coworkings deben liderar ese progreso. Y efectivamente lo están haciendo. Esto incluye soluciones como la instalación de sistemas de reconocimiento facial para sus usuarios, la implantación de asistentes de voz tanto en las zonas operativas como en las zonas de descanso, la agregación de softwares de administración para un desempeño laboral más eficiente e incluso la puesta en marcha de tecnologías de inteligencia artificial. Los coworkings deberán convertirse en lugares vanguardistas que aporten facilidades a las que no se puede acceder en ningún otro sitio.
Creación de comunidades no nicho
En los primeros años de vida del coworking la tendencia era concentrar en cada espacio a profesionales del mismo sector o de sectores muy conectados para generar acoplamiento. Hoy la tendencia es distinta: la perspectiva general es que las empresas y los profesionales pueden beneficiarse mucho de la integración con empresas y profesionales de disciplinas muy diferentes. La retroalimentación no tiene por qué ser directa, sino que puede producirse un enriquecimiento mutuo más indirecto basado en la estimulación de lo diferente. Algo que ya ocurre en sedes de Utopicus como la de José Abascal o la de Príncipe de Vergara en Madrid. La simbiosis ya está en marcha.