¿Por qué son tan importantes las certificaciones medioambientales de un edificio?
Estamos viviendo un momento de grandes cambios, tanto a nivel tecnológico como social y medioambiental. En los últimos años, para hacer frente a los efectos del cambio climático, se ha impuesto en el sector de la construcción y de la arquitectura la necesidad de cambiar totalmente la forma de concebir y crear los edificios.
Poco a poco, vemos como las edificaciones más modernas se diseñan bajo un modelo más ecológico y sostenible, para que así, tanto el proceso constructivo como en la posterior usabilidad de este, las estructuras sean más duraderas y menos nocivas para el planeta. Decir que un edificio es sostenible es fácil, pero ¿qué características hacen que se lo pueda definir como tal?
En los últimos 30 años, han ido creándose sistemas de certificaciones que evalúan diferentes características de los edificios, como, por ejemplo, todo su ciclo de vida o aspectos como el diseño bioclimático, el entorno del edificio, etc. Estos sistemas aseguran un mecanismo objetivo de medición y evaluación del consumo de recursos del edificio.
Además de identificar el comportamiento ambiental de un activo, estas certificaciones pueden detectar puntos débiles y sugerir mejoras. En el proceso de certificación intervienen el promotor, el proyectista, la entidad certificadora que emite el certificado después de realizar un control de los datos ambientales del edificio, y el certificador, que aparte de elaborar estos datos puede intervenir a lo largo del proceso como asesor para aportar mejoras ambientales.
Las certificaciones más importantes
Entre las certificaciones más utilizadas encontramos:
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LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), desarrollada en 1998 por el U.S. Green Building Council, es uno de los sistemas de certificación más grandes que existen y el más extendido del mundo. Se centra en los aspectos medioambientales y sociales de la sostenibilidad de los edificios, especialmente en la eficiencia del agua y la energía, en la reducción de las emisiones de CO₂, en la promoción de un clima interior sano y confortable y en el uso de materiales de construcción renovables. Cada proyecto tiene una puntuación sobre 110, y para clasificarlos LEED concede, dependiendo de su valor, certificaciones Platino, Oro, Plata o certificado normal.
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BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Method) ha sido el primer certificado de construcción sostenible creado en el mundo. Evalúa impactos en 10 categorías (Gestión, Salud y Bienestar, Energía, Transporte, Agua, Materiales, Residuos, Uso ecológico del suelo, Contaminación, Innovación) y otorga una puntuación final tras aplicar un factor de ponderación ambiental que tiene en cuenta la importancia relativa de cada área de impacto.
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WELL es una certificación que mide el bienestar y la salud de los usuarios de un edificio, centrada en la dimensión social de la sostenibilidad. Proporciona un marco de análisis para incorporar estrategias diseñadas para colocar la salud y el bienestar humanos en el centro del proyecto y su operación.
En Colonial hemos hecho de la sostenibilidad nuestra máxima prioridad y contamos con un 96 % de edificios que disponen de las más importantes certificaciones. Por lo tanto, nuestros activos no solo minimizan el consumo de energía y recursos, sino que también mejoran la salud y el bienestar de los usuarios.
En definitiva, una certificación de sostenibilidad confiere a un edificio un gran prestigio, aumentando de esta su valor, lo que conlleva una mayor conservación a largo plazo y, por supuesto, se traduce en un menor consumo de energía y en un proceso constructivo mucho más sostenible y respetuoso.