Música en el espacio de trabajo: beneficios y obstáculos

La revolución que está experimentando el diseño de oficinas hacia un enfoque mucho más human centric se traduce en una serie de decisiones estéticas estratégicas como la incorporación de más vegetación a la oficina, el uso de grandes ventanales que permitan una mayor entrada de luz natural o la confección de espacios abiertos que transmitan libertad a los trabajadores. No obstante, la vista es solo uno de los muchos sentidos humanos y, un verdadero espacio human centric requiere asimismo de decisiones sonoras claves. La insonorización del exterior es una de ellas. La incorporación de la música otra. Veamos sus beneficios. 

Beneficios de incorporar la música a la oficina 

La música mantiene una relación muy particular con el cerebro humano. Como explican desde el portal especializado Psicología y Mente, el hecho de escuchar música que nos gusta provoca la liberación de dopamina, "una sustancia química que se asocia con la sensación de placer y recompensa". Este bienestar, lógicamente, promueve la satisfacción en el lugar de trabajo, lo que a su vez tiene un impacto directo en áreas tan relevantes como la motivación, la creatividad o la productividad. En este sentido, las empresas que dan la oportunidad de escuchar música a sus empleados reciben a cambio un mayor rendimiento y, sobre todo, una mayor retención de todo ese talento humano. 

Pero no es solo eso. Como confirmó por enésima vez una investigación reciente de la Universidad de Viena, los niveles de estrés se reducen durante la escucha musical. Esto se traduce en una mayor adaptabilidad de los trabajadores a los periodos de elevada carga de trabajo, a una mejor toma de decisiones en situaciones de presión y a un menor porcentaje de bajas laborales por enfermedad mental. Además, y más allá del aumento de la creatividad derivado del bienestar emocional, también parece producirse un incremento adicional por el simple hecho de relacionarse con sonidos creativos. O planteado de otra manera: el arte promueve la imaginación y fomenta la innovación. 

Y luego están los beneficios colectivos. En aquellas oficinas que no solo permiten la escucha privada de música a través de auriculares, sino que cuentan con música general que suena en toda ella, suele producirse una mejora del ambiente laboral. En parte porque la música tiene la capacidad de influir en el estado emocional predominante de las personas y mediante este sistema todos los trabajadores tienden a una sincronización anímica. De hecho, y según un estudio de la Universidad de Cornell, "en ambientes de trabajo la música puede tener efectos significativos en el espíritu de cooperación de las personas que trabajan en equipo". Es un elemento de cohesión. 

Obstáculos a superar para disfrutar estos beneficios 

Uno de los principales obstáculos para la incorporación productiva de la música en la oficina es la variedad de gustos humanos: las diferentes personas conectan mejor con diferentes tipos de música. Y ello exige una solución. Una opción es renunciar a la incorporación de música ambiente pero permitir la escucha privada a cada trabajador. Otra consiste en seleccionar géneros con menos personalidad como la música instrumental suave. Desde música jazz muy tranquila a música ambiental, música relajante o música motivadora para entornos con cierto ritmo. En cierto sentido, se trata de buscar la música ideal para la personalidad tanto de la empresa como de las personas que trabajan en la oficina. 

Para ello, lo más conveniente es consultar a los trabajadores y experimentar hasta dar con la tecla exacta. Uno que además envía al personal un mensaje muy importante: la preocupación de la compañía por su confort. Aunque no solo importa el tipo de música, sino también el volumen. Uno demasiado elevado podría ser molesto, dificultar la concentración, dificultar la comunicación, distraer e incluso elevar los niveles de estrés a causa de la fatiga por sobreestimulación. Lo ideal es que la música actúe como un sutil telón de fondo amable y reconfortante para los oídos, de la misma manera que unas bonitas vistas lo son para los ojos. 

En definitiva, y tomando las medidas necesarias para esquivar estos inconvenientes, la presencia de la música en la oficina puede alterar para bien el rendimiento general de la plantilla. 

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