El diseño Feng Shui aplicado a las oficinas

Seguro que alguna vez has oído hablar del Feng Shui. Se trata de un antiguo sistema filosófico chino de origen taoísta, basado en la ocupación consciente y armónica del espacio, que tiene el objetivo de lograr una influencia positiva sobre las personas que lo ocupan. Desde hace varios años, este sistema se aplica en la organización y diseño de oficinas con el fin de mejorar, no solo el bienestar, sino también la concentración y la productividad de sus usuarios.

Llevar a cabo la implementación del Feng Shui en los diferentes espacios de una oficina no es nada complicado, solo hay que aplicar, en la medida de lo posible, los siguientes pasos:

La distribución del mobiliario

Es importante prestar especial atención a la disposición del mobiliario ya que, según esta teoría, debe permitir que las personas y la energía positiva circulen libremente. Estas son algunas de las recomendaciones a tener en cuenta: la mesa de trabajo debe de estar orientada hacia la puerta y que la zona delantera quede despejada para tener una buena visibilidad. Por otro lado, tener una pared o un armario a nuestra espalda aumenta la sensación de control y autoridad. Debemos evitar tener una puerta o una ventana detrás para evitar las energías negativas. Podemos hacerlo colocando unas cortinas, por ejemplo.

El mobiliario más adecuado

La posición corporal es fundamental para conseguir una buena concentración y ser más productivos. Por ello, debemos elegir un asiento ergonómico que cuente con un buen respaldo.

La forma del escritorio también es un aspecto a tener en cuenta. Las mesas rectangulares son ideales para espacios diáfanos y favorecen la comunicación. Una mesa redonda es la más recomendada para una sala de reuniones donde se generen ideas creativas. Finalmente, las formas curvas favorecen la concentración, ya que la energía fluye en quien está sentado en el interior del escritorio. Por otro lado, el tamaño de la mesa debe ser adecuado en comparación con el espacio disponible, es decir, si escogemos una demasiado pequeña no trabajaremos cómodamente, por el contrario, si es muy grande, provocará que no tengamos las cosas a mano y nos hará perder organización y autoridad. En cuanto a los materiales, el más adecuado es la madera, que transmite estabilidad y confianza. El cristal aporta agilidad mental, por ello es importante combinar ambos materiales. El menos recomendado es el metal, ya que al conducir electricidad nos expone a energías negativas.

La organización del espacio de trabajo

Mantener el escritorio ordenado y limpio es fundamental. Los papeles con tareas pendientes u objetos que puedan desconcentrarnos deben estar fuera de nuestra vista para evitar distraer la mirada. Cuando un espacio se encuentra ordenado estamos más atentos y el trabajo, incluso las reuniones con compañeros, fluyen mejor.

Los colores que generan energía positiva

El Feng Shui promueve una influencia positiva sobre las personas, por ello los colores son tan importantes. Debemos tener en cuenta cuáles generan nerviosismo y cuales ayudan a crear espacios tranquilos y armónicos.

  • Blanco: aumenta la actividad mental, por tanto, la concentración.
  • Tonos neutros, grises y beiges: Transmiten serenidad, estabilidad y confianza.
  • Azul: ayuda a conectar con las emociones.
  • Verde: favorece la creatividad y el desarrollo de nuevas ideas.
  • Los tonos cálidos y vibrantes como amarillos, naranjas o tierra, aportan dinamismo y favorecen la comunicación.

¿Te atreves a probar esta técnica en tu espacio de trabajo? Con las claves que te hemos dado puedes hacerlo realizando tan solo pequeños cambios.

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