Decluttering: qué es y cómo aplicarlo a tu espacio de trabajo

El entorno influye decisivamente en el estado psicológico de las personas. Nadie es ajeno a lo que hay a su alrededor. Nadie puede abstraerse tanto como para que no le afecte de una manera u otra todo cuanto define el espacio en el que trabaja: la cantidad de luz natural que recibe, la belleza del diseño del mobiliario, la estética de los muros o el orden de los objetos. De hecho, esto último es tan importante y puede impactar hasta tal punto en el rendimiento individual que muchas empresas han comenzado a incentivar la práctica del decluttering entre sus equipos: consiste en reducir el desorden a través de la reducción, la eliminación y la organización del material presente en el espacio de trabajo. 

Beneficios del decluttering para las personas 

El desorden compulsivo puede llegar a nublar la mente lo suficiente como para que la toma de decisiones no sea óptima. De ahí que poner en práctica el decluttering, y desprenderse de todo aquello que no sea verdaderamente útil, abre la puerta a un mejor enfoque sobre los asuntos y en consecuencia a una mejor toma de decisión. Todo parece más claro. Con menos estorbos visuales de por medio. Esto, además, propicia que los trabajadores conecten más intensamente con su lado creativo, que alcancen una mayor eficiencia en la gestión de su tiempo dentro de la oficina y, en definitiva, que consigan ser más productivos en términos cuantitativos y cualitativos, lo que aumenta la autoestima. 

Pero los beneficios psicológicos no terminan ahí. Disfrutar de un espacio de trabajo con aire visual, en el que todo se encuentra en su sitio, se traduce generalmente en una reducción del sentimiento de estrés. Los trabajadores hallan alivio en la baja carga material en esos momentos de abrumación. Además, también obtienen mayor satisfacción laboral, mayor motivación y, muy importante de cara a su permanencia y papel en la empresa, mejor imagen profesional. La imagen del genio desordenado no resulta muy efectiva en los entornos profesionales. Resulta más inspirador un entorno minimalista, limpio y orientado al rendimiento laboral. 

Beneficios del decluttering para las empresas 

El enfoque human centric que cultivamos en Colonial nos lleva a una idea recurrente en nuestros artículos: que aquellos elementos o prácticas que incrementan la satisfacción de los trabajadores terminan resultando sumamente beneficiosos para las empresas en las que trabajan. Y en el decluttering no se produce ninguna excepción. A fin de cuentas, ¿cómo podría una mejor toma de decisiones, una creatividad más fina, una mayor motivación o una mayor autoestima profesional no redundar positivamente en la compañía cuando esta es el resultado de la suma del trabajo de las personas que ocupan su oficina? Es imposible. 

Por otro lado, la empresa también obtiene mucho en términos de imagen empresarial, pues los clientes que acuden a la misma se encuentran un entorno ordenado, nítido y despejado que transmite profesionalidad y enfoque. El desorden suele generar desconfianza. Por último, el decluttering, que desemboca en mesas de trabajo con menos materiales prescindibles, aumenta la recuperación de documentos e información relevante, lo que incrementa la eficiencia operativa y, en algunos tipos de empresa, facilita el cumplimiento de determinadas normativas tanto del sector como generales. 

Consejos para ponerlo en práctica 

El primer paso para poner en práctica el decluttering es la evaluación del espacio. ¿Qué hay en él? ¿Cuánto uso reciben los distintos elementos que lo componen? Una vez hecho esto, llega el turno de deshacerse de todo lo que no tenga un propósito claro para mantener únicamente los materiales esenciales como el ordenador, el teclado, el ratón, la lámpara y alguna tímida decoración green para satisfacer ese punto biofílico que todo ser humano lleva dentro. Eso sí: es importante no tirar a la basura los elementos de los que vas a deshacerte, pues con el reciclaje o la donación puedes darle una segunda vida y proteger de esa manera el medioambiente. 

El aprovechamiento de los cajones también es clave para despejar visualmente la mesa, así como digitalizar todos esos documentos que han de conservarse porque contienen información relevante. Además, también es recomendable utilizar organizadores de cables para evitar los enredos y proyectar una imagen de higiene del orden. En cuanto a los elementos personales, lo aconsejable es reducirlos hasta preservar tan solo algún detallito que haga sentir al trabajador que el espacio es suyo, pero sin que resulte una distracción. Ser selectivo en cantidad y en calidad remará en favor de un espacio de trabajo decluttered. Un espacio de trabajo estimulante. 

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