Las ventajas que aporta la impresión 3D en la arquitectura y la construcción
Hace años que se comenta que el futuro de la arquitectura y la construcción pasa por las impresoras 3D. El tiempo dictaminará si influencia, pero lo que es ya una realidad es que esta herramienta está cada vez más extendida.
La impresora 3D es una máquina capaz de realizar copias de diseños en tres dimensiones, como piezas volumétricas diseñadas por ordenador. Por tanto, es una técnica aplicable a muchos ámbitos, como el de la medicina o el sector de la automoción. Para algunos, en el ámbito de la construcción, supone un antes y un después. Es el caso de Sergio Morales, profesor colaborador del master Industria 4.0 de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), que explica que representa “una nueva revolución industrial porque puede cambiar la forma de pensar y diseñar en el desarrollo de nuevos productos o edificios”.
A día de hoy aporta ya una variedad de beneficios, que queremos repasar. Permite, por ejemplo, que las maquetas arquitectónicas sean mucho más detalladas y, por tanto, mucho más parecidas al resultado final del proyecto, y que de esta manera el cliente pueda hacerse una idea mucho mejor del mismo. Esta mejor percepción es consecuencia también de que imprime en gran calidad, con un nivel de detalle muy logrado y con gran variedad de materiales. Además, reduce el tiempo de creación de los modelos arquitectónicos, por lo que los proyectos ganan en celeridad y los plazos son menores.
Ya centrándonos en la construcción, permite la impresión de cualquier forma, por compleja que ésta sea. Cualquier diseño que antes era imposible de llevar a cabo ahora puede ser una realidad, sin que suponga un coste extra en términos de tiempo. Permite igualmente emplear nuevos materiales no usados antes en la construcción y la capacidad de imprimir en el propio espacio de la obra, ahorrando costes logísticos y de transporte.
Otra ventaja es que ahorra tiempo en la construcción y en la mano de obra y, en consecuencia, posibilita un menor número de accidentes laborales. Asimismo, la automatización de los trabajos es mayor, por lo que el factor del error humano se reduce. Y la sostenibilidad es otro aspecto que mejora, ya que los desperdicios que se generan edificando son menores.
Por tanto, la construcción en 3D permite reducir tiempos de construcción y logísticos, lo que en consecuencia supone un ahorro de costes totales, que suma para unas edificaciones más eficientes y respetuosas con el medio ambiente. Lógicamente, como apuntábamos al principio, todavía estamos lejos de que sea una forma de trabajar masiva, pero las previsiones indican que año a año su uso se multiplicará, circunstancia que no es de extrañar si observamos algunos de los proyectos levantados ya a día de hoy con esta tecnología.