Urbanismo inclusivo: una solución contra la exclusión social en las ciudades
Alrededor del 56% de la población mundial vive en ciudades según los últimos datos del Banco Mundial. Y la tendencia continuará al alza: el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas prevé un aumento del 13% para el año 2050, lo que intensificará aún más los desafíos urbanísticos actuales, como la zonificación, la gentrificación, la guetificación o la pérdida de identidad cultural. En palabras de Richard Florida, experto estadounidense en crecimiento económico, "si no hacemos nada, la crisis urbana no hará más que profundizar: nuestras ciudades se volverán tan caras que pasarán a ser comunidades cerradas solo para privilegiados y nuestros barrios se harán más pobres y más desiguales". Pero una corriente urbanística puede impedir estos escenarios trágicos: el urbanismo inclusivo.
Urbanismo inclusivo: una propuesta ética y práctica
La máxima del urbanismo inclusivo, impulsado en los últimos años desde los círculos académicos, es la confección de ciudades para el desarrollo de todas las personas, con independencia de su situación económica, su nacionalidad, su edad o su género. Esto puede parecer una cuestión metafísica, pero es en realidad una cuestión física: la distribución de los barrios, la incorporación de elementos o la calidad de las conexiones son hechos palpables que tienen un impacto directo en las oportunidades vitales de las personas. El urbanismo de una ciudad puede complicar o facilitar la satisfacción de las necesidades humanas. El urbanismo puede estar orientado a la productividad del sistema o a las personas. El inclusivo elige lo segundo. Y lo materializa a través de estas decisiones estratégicas:
Entornos autosuficientes
Conforme avanza la urbanización de la humanidad, las ciudades se vuelven más grandes. Esto, sumado a una mala distribución de espacios que satisfagan las necesidades personales elementales y no tan elementales, provoca desplazamientos constantes que reducen la calidad de vida de los ciudadanos, cuando no imposibilita directamente el acceso por parte de muchos de ellos a algunos de esos espacios. En contraposición, el urbanismo inclusivo elige equipar las diferentes zonas con espacios deportivos, espacios formativos, espacios comerciales o espacios de encuentro, de manera que quienes vivan cerca puedan cubrir todas sus necesidades de manera casi inmediata. Es el mismo principio que sustenta Madnum, el primer campus de usos mixtos profesionales y personales del país.
Espacios públicos
Hubo una época en las que las ciudades estaban colmadas de espacios públicos en los que las comunidades se encontraban, interaccionaban y evolucionaban. Sin embargo, la profunda penetración del vehículo privado provocó una sustitución progresiva de estas plazas, parques y avenidas peatonales por carreteras y aparcamientos. El urbanismo inclusivo pretende revertir dicho devenir. Primero, para recuperar el concepto human centric en las ciudades. Y segundo, para convertirla en un lugar accesible y seguro para todas las personas, incluidos los más pequeños, que ven retrasada su exploración de la misma a causa del miedo de los tutores a los atropellos. Como teoriza la arquitecta Izaskun Chinchilla, "estamos sometiendo a toda la población a una amenaza de salud y de integridad física".
Desarrollo participativo
Una de las claves del complejo Madnum, diseñado por el Estudio Lamela de arquitectura, es su flexibilidad: sus espacios de oficina presentan estructuras modulares que permiten la reconfiguración. Esa es la idea de la edificación y el diseño de interiores inclusivo, y también la idea del urbanismo inclusivo. Todo rema en una misma dirección. En ese sentido, y si este modelo se impone, las nuevas ciudades cambiarán a lo largo del tiempo según las necesidades percibidas por los especialistas en urbanismo, pero también según las necesidades de la propia ciudadanía. Será esta última, como protagonista de la ciudad moderna, la que lidere la transformación, lo que generará asimismo una materialización urbanística más fiel de los valores culturales de la misma. Se recuperará la identidad.
Planificación verde
Son muchas las razones por las que el urbanismo debería ir de la mano de la sostenibilidad. Entre ellas, y más allá de la empatía hacia las otras formas de vida de este planeta o la preservación de los recursos claves, está la calidad de vida de las personas, la meta última del urbanismo inclusivo. Después de todo, y como muestran las investigaciones científicas, en las que se apoyan muchas de las decisiones verdes de Madnum, como la inclusión de zonas vegetales en el campus, la naturaleza genera bienestar psicológico, emocional y social. Además, los espacios verdes son ideales para el desarrollo de la infancia y para el autocuidado de las personas mayores, todas ellas tan protagonistas de la ciudad inclusiva como las personas en edad de trabajar. ¿El sueño? Que nadie se quede fuera nunca más.