Torre Marenostrum: contemplar Barcelona y el Mediterráneo desde una perspectiva única
En un día despejado, desde los principales miradores de Barcelona se puede llegar a ver la isla de Mallorca. La capital catalana goza de varios lugares ideales para explorar el horizonte y admirar ese paisaje que hace de Barcelona una ciudad tan especial, atalayas que invitan a descubrir cómo la belleza natural de mar y montaña se integra a la perfección con una arquitectura moderna, cosmopolita e innovadora.
Un claro ejemplo de equilibrio perfecto entre naturaleza e innovación es la Torre Marenostrum, concebida hace más de veinte años en el frente marítimo de la ciudad. Inspirada en una forma rocosa acristalada azotada por los vientos y el agua, esta imponente edificación de 100 metros de altura da la bienvenida a turistas y locales desde mar, tierra y aire. La Torre Marenostrum consta de dos edificios independientes con un total de 22.000 m² de superficie. Sus 20 plantas son totalmente diáfanas y completamente exteriores, lo que proporciona una excelente experiencia de trabajo a aquellos que tienen el privilegio de trabajar en este espacio.
Unas oficinas con vistas
Y es que, a diferencia de lo que ocurre en otros espacios, desde la Torre Marenostrum se puede contemplar Barcelona desde una perspectiva excepcional. Desde tan arriba, que casi cabe en la palma de la mano.
A los pies del imponente edificio se extiende la Barceloneta, el tradicional barrio costero donde casas de toda la vida se dan la mano con bares, marisquerías, hoteles y pintorescos chiringuitos de playa. En un descanso laboral, desde la Torre Marenostrum no es extraño observar la frenética actividad de un barrio que nunca se detiene, o el ir y venir de los yates en el puerto deportivo. El zoo, la Estación de Francia o el emblemático Parque de la Ciutadella, son otros de los lugares icónicos que se pueden apreciar desde las alturas de este edificio de oficinas.
La Torre Marenostrum, además de sus maravillosas vistas, cuenta además con una arquitectura prodigiosa por su singularidad, lo que la ha convertido en un icono de la ciudad. Importantes compañías tienen aquí su sede y, recientemente, también la compañía referente en coworking Utopicus se ha visto atraída hacia esta infraestructura. En concreto, el espacio flexible que Utopicus ofrece en la Torre Marenostrum se sitúa en el Edificio B, también conocido como ‘portaaviones’ por su original silueta.
Sin duda, empleados de todo el mundo querrán venir a trabajar a la Torre Marenostrum y disfrutar de sus maravillosas vistas.