Técnicas para evitar las distracciones del home office

Trasladar la oficina en casa por la situación actual pone a los trabajadores ante retos nuevos y en un escenario de trabajo desconocido para muchos. Seguramente, una de las principales dificultades es el mayor número de distracciones que hay en casa, y que a veces dificultan poder concentrarse debidamente. Por suerte, hay técnicas y herramientas que permiten solucionar esta situación, y cuyo objetivo es ayudarnos a potenciar nuestros niveles de concentración y productividad.

Una de ellas es la técnica del Pomodoro, una forma de trabajar nacida a finales de los 80, que consiste en administrar de manera eficiente el tiempo, con periodos de trabajo de 25 minutos  seguidos por otros 5 de descanso, con pausas algo más grandes cada cuatro periodos de 25 minutos trabajando.

Según sus creadores, los beneficios de este sistema es que potencia la agilidad mental, lo que nos hace ser más productivos y estar más centrados en las tareas que tenemos que hacer. Y para ello, simplemente hacer falta un temporizador, para no estar pendiente continuamente del reloj, por lo que es una metodología relativamente fácil de llevar a cabo.

También es importante, para que el esfuerzo sea efectivo, dedicar cada franja de tiempo a una sola tarea, por lo que es aconsejable, al empezar la jornada, elaborar una lista con todo el trabajo que debemos hacer y ordenarlo según la importancia. Ciertamente, bien vale la pena dedicarle unos minutos a esto, para tener claras las prioridades y así encarar las tareas una a una de forma ordenada y eficaz.

Además de la técnica del Pomodoro, existen otras técnicas que persiguen el mismo objetivo, como por ejemplo la de Flowtime. Esta técnica fue creada por Dionatan Mora, y la presenta como una evolución del Pomodoro. La principal diferencia es que es más flexible respecto a los periodos de tiempo ya que se pueden ejecutar periodos de entre de 10 a 90 minutos, según las tareas. Y también, aconseja que si, transcurrido el tiempo marcado te sientes con la capacidad de seguir trabajando, aconseja seguir trabajando para aprovechar este pico de concentración que quizás no tengas en otro momento.

En definitiva, se trata de una mecánica también de división de tiempo, pero que otorga más libertad a la persona, según las necesidades y estado en que se encuentra.

En ambos casos, la clave está en fraccionar el tiempo. Y si bien, como decíamos antes, se puede hacer con un simple temporizador, también hay herramientas digitales que tienen esta función y que además nos aportan un plus de productividad.

Hablamos de Timebar o Tadam, gestores de tiempo digitales, que encajan de maravilla con ambas técnicas. La primera por ejemplo es una app que se instala en el Finder del MAC y que desde ahí te permite controlar el tiempo, por lo que el temporizador lo tienes en el propio ordenador. De esta manera, y tras establecer el tiempo que necesitamos, nos avisará con una señal transcurrido este periodo. Y Tadam es similar, una sencilla aplicación que funciona como temporizador, que emite una alarma al acabar.

Pueden parecer ideas simples, pero no está de más probarlas, ya que en menor o mayor medida nos aportarán a todos un plus de productividad. No se trata de ideas revolucionarias, sino simples conceptos que aporten un granito de arena para, en estos tiempos poco convencionales, hacer la situación un poco más llevadera, y más parecida a la normalidad.

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