Segunda vida para muebles: innovación y sostenibilidad en el diseño de interiores
El incremento del reciclaje en el mundo durante estas últimas décadas evidencia la importancia de esta práctica para la viabilidad del modelo productivo global y la conservación de los hábitats naturales. Pero el reciclaje es tan solo uno de los pilares de la llamada tres erres y en la que se incluyen también la reducción y la reutilización. Sin la generalización de esas otras dos, y aún con la creciente inversión en reciclaje, resulta imposible satisfacer la demanda de materiales que requiere la humanidad sin agravar la crisis climática. Es precisamente aquí donde entra en escena el mueble reacondicionado, una tendencia mobiliaria al alza con tantas posibilidades como beneficios.
El potencial del mueble de segunda mano
La premisa del reacondicionamiento de muebles es muy sencilla: ningún mueble es definitivo, sino que constituye una materia prima desde la cual poder diseñar muebles con características muy diferentes. Para ello, los especialistas en la materia recurren a una enorme cantidad de técnicas de restauración y transformación que incluyen la reparación de elementos dañados, la utilización de pinturas tan variadas como son la clásica o la pintura de tiza, el lijado que elimina los acabados previos para poder trabajar sobre las superficies con más intensidad o el uso de barnices y ceras para iluminar las estructuras y proporcionarles una protección adicional ante el ambiente.
En este sentido, el mueble de segunda mano tiene un potencial casi infinito, pues con las metodologías adecuadas puede adoptar apariencias totalmente nuevas. Aunque no es una práctica exclusivamente estética. El tapizado de un banco puede convertirlo en un agradable sofá. El uso del recorte y ensamblaje puede convertir una mesa en una estantería. Y así ilimitadamente. Es una cuestión de creatividad y de ponerse en manos de profesionales experimentados. Ellos conocen el camino de la transformación funcional. Un camino que supone un ahorro para el bolsillo de quien decora una vivienda o unas oficinas, así como un alivio de la presión sobre los recursos naturales.
Los beneficios del reacondicionamiento mobiliario
El principal beneficio del reacondicionamiento de muebles es, tal como hemos señalado repetidamente a lo largo de este artículo, el cuidado del medioambiente, pues implica una menor demanda de recursos nuevos, un menor consumo energético y, muy importante, una reducción de los residuos que terminan en vertederos. Además, el reacondicionamiento comporta asimismo un menor gasto económico, un mayor nivel de personalización del que se dispone limitándose a lo que hay en el mercado de primera mano y, en algunos casos, una mayor preservación del patrimonio mobiliario. Después de todo, algunos muebles son parte de la cultura familiar o incluso social.
Y no podemos olvidar el aspecto experiencial. A fin de cuentas, el reacondicionamiento puede ser realizado a través de terceros o, cuando los muebles van a tener un uso casero, a través del aprendizaje y la ejecución propias. En estos casos, la reutilización de muebles viejos brinda la oportunidad de adquirir nuevas habilidades, dar rienda suelta a la imaginación y, en definitiva, disfrutar del proceso de creación de un modo que la mera adquisición de muebles de primera mano no posibilita. Además, formar parte del reacondicionamiento genera un vínculo mucho más fuerte con los muebles, lo que puede impactar en las sensaciones que se tienen al estar rodeados de ellos.