Realidad aumentada en la comercialización de oficinas

Experimentar de forma realista espacios y situaciones de manera virtual empieza a ser posible para una gran parte del público. Años de investigación en tecnologías como la realidad virtual y la realidad aumentada permiten a cada vez más usuarios disfrutar de sus aplicaciones prácticas. Esto, por ejemplo, ocurre en el sector inmobiliario, donde la aplicación de nuevas tecnologías al ejercicio tradicional del negocio se conoce como Proptech.

La realidad aumentada (AR) es un conjunto de tecnologías que permite visualizar elementos virtuales superpuestos a nuestra visión de la realidad. Se distingue de la realidad virtual porque, a diferencia de esta, no es una experiencia inmersiva, ni necesita de cascos o gafas especiales para ser experimentada. La realidad aumentada funciona a través de dispositivos electrónicos que, al recibir ciertos estímulos ─activados a través, por ejemplo, de códigos QR─, añaden información gráfica superpuesta a lo que el usuario en ese momento esté visualizando.

Aplicación de la realidad aumentada al sector inmobiliario

¿Qué aplicaciones reales tiene la realidad aumentada en el sector inmobiliario? La primera y más evidente es que se puede transformar en un gran aliado a la hora de comercializar espacios. Hasta ahora se comercializaban muchos espacios sobre plano: el usuario podía consultar las imágenes en 3D del proyecto y poco más. Ahora, la realidad aumentada posibilitará una experiencia de usuario mucho más completa, proporcionando representaciones visuales del interior de un edificio, ya enfocadas a cubrir el gusto y las necesidades de la empresa interesada en establecerse en ese espacio.

Otra de las aplicaciones de la realidad aumentada en el sector inmobiliario pasaría por la comercialización de oficinas vacías. A través de un dispositivo electrónico, el comercial solamente tendría que enfocar el área u objeto deseado para ofrecer más información; no solo para sugerir un diseño de espacios o decoración, sino también para mostrar el funcionamiento interno de los edificios. Al encuadrar, por ejemplo, el techo, el dispositivo electrónico lanzaría una pequeña secuencia en realidad aumentada que mostraría cómo los diferentes sistemas del edificio actúan para ahorrar suministros como el agua y la energía.

Información sobre los sistemas de seguridad, la capacidad real de cada una de las zonas, la tipología de vegetación en las áreas verdes o hasta la fecha de revisión del mantenimiento de los ascensores se podría consultar a través de la aplicación de la realidad aumentada.

En suma, el uso de la realidad aumentada en la comercialización de oficinas, además de mejorar sustancialmente la experiencia del usuario, agilizaría la toma de decisiones y supondría un ahorro de recursos en el proceso de alquiler.

 

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