¿Qué son las oficinas 5.0?
Hace tiempo que el concepto Oficina 5.0 va sonando cada vez con más fuerza. Se trata de entornos donde la tecnología es la verdadera protagonista, al repercutir incluso en la productividad de los trabajadores. Esto es posible gracias a la capacidad de crear lugares más agradables y funcionales, y asumir incluso algunas de las tareas más mecánicas del día a día de un despacho.
Tres elementos son los que dan forma principalmente a una oficina 5.0: realidad virtual, asistentes personales y mobiliario inteligente.
Por ejemplo, por muebles inteligentes entendemos aquellos que aportan un extra a los trabajadores, sobre todo a nivel de salud. Hablamos de sillas que nos avisan si estamos sentados en una mala postura o de si llevamos demasiado tiempo sentados. O de mesas que se regulan para que si queramos podamos trabajar de pie. Es decir, muebles que en realidad no es simple mobiliario de oficina, sino elementos que cuidan de la salud de los empleados.
Otro ejemplo de mobiliario inteligente son las lámparas que tienen la capacidad de ajustar de forma automática la iluminación a las necesidades del espacio según la hora del día y características del entorno, creando de esta manera una mayor sensación de confort y un lugar más agradable para trabajar.
Pero, lógicamente, como decíamos al principio, es la tecnología lo que da forma a una oficina 5.0, convirtiéndose directamente en un miembro más de la oficina. Un buen ejemplo de ellos son los asistentes personales, como los de Alexa o Cortana que ya comienzan a tener presencia en algunos hogares, y que en un futuro próximo darán el salto a las oficinas atesorando además un papel fundamental en su organización.
Ayudarán en el día a día de una compañía, recordando temas de agenda, reservando viajes o concertando citas. Pero esto será sólo el principio, ya que su trascendencia irá aumentando al ser capaces de asumir cada vez más tareas, a medida que la tecnología evolucione. Por ejemplo, todo indica que serán un elemento más de la gestión empresarial al tener la capacidad de hacer informes de negocio o estudios de mercado gracias a datos introducidos por los propios trabajadores.
En realidad, parte de las funciones que tendrán estos asistentes son, a día de hoy desconocidas, ya que irán evolucionando ofreciendo soluciones que actualmente ni tan siquiera existen. Pero para ello, es necesario que las empresas sean capaces desde ya de hacerlas partícipes de su proceso de producción, como por ejemplo hace Renfe con su departamento de atención al cliente. Es clave apostar pronto por esta tecnología para que pueda evolucionar.
Y el tercer punto es el de la realidad virtual , que pondrá fin al concepto de pantallas tal como lo entendemos hasta ahora. Actualmente, las comunicaciones a distancia o presentaciones se hacen a través de ellas, pero esto será algo que desaparecerá para dar paso la realidad aumentada que pondrá fin a barreras arquitectónicas. Además, aportarán un nuevo escenario en las oficinas, como por ejemplo reuniones alrededor de un holograma con elementos 3D.
No obstante, aunque se prevé que este año mueva 120.000 millones de dólares, la realidad virtual es un ámbito más incipiente que el de los asistentes virtuales, por lo que su implantación en las oficinas de forma notoria será más tardía y requerirá más tiempo.
Sin duda, aún estamos lejos de trabajar en verdaderas oficinas 5.0, pero algunos de los pasos que nos llevarán hasta ellas ya tienen lugar hoy.