La figura del facility manager, clave en la nueva normalidad
El facility manager es una figura que en los últimos años ha ido adquiriendo especial relevancia y que ahora, en la nueva normalidad en la que nos encontramos, su protagonismo todavía es mayor.
Se trata de una posición cuya misión principal es el de gestionar de manera eficiente todos los recursos de un edificio, una especie de administrador de fincas 2.0. Hablamos de tareas relacionadas principalmente con el mantenimiento del inmueble, la coordinación de servicios, las comprobaciones de sistemas eléctricos… rutinas diarias con el objetivo de asegurar que el edificio funciona de forma adecuada, pero aportando valor a las empresas, para que además sean espacios lo más saludables, cómodos y productivos posibles.
Pero ahora, tal como explican desde Facility Management Services, su enfoque está más dirigido hacia las personas, para garantizar su salud y bienestar. Por ello, es una figura clave a día de hoy, por su capacidad de hacer que la vuelta al trabajo sea más segura y productiva.
Desde IFMA explican que estos profesionales llevan semanas trabajando en esta vuelta, en coordinación con otros departamentos, ayudando en la elaboración de unos protocolos de salubridad mucho mayores que antes, pero que den respuesta al escenario actual.
Lorena Espada, presidente de IFMA España, explica que el objetivo del cambio de protocolos es “adaptarlos a las nuevas necesidades. Es en las personas y su forma de trabajo en los que estamos pensando al cambiar los espacios de trabajo”.
Entre sus tareas principales, ahora destacan las de asegurar la reducción de concentración de personal y de la proximidad física, la organización de la limpieza y desinfección o la de mantener a todos informados. Todos ellos aspectos fundamentales para que una oficina pueda recuperar cierta rutina.
Raquel Cruz, directora de división en ISS Facility Services España, explicaba hace unas semanas a Eje Prime, que esta situación actual “provocará un reajuste de tareas y nuevos tipos de servicios, como por ejemplo la toma de temperatura de los empleados o la cuantifcación del uso de los espacios en las oficina mediante tecnología”. Acciones nuevas hasta ahora, que sólo el futuro dirá sobre su permanencia en los próximos meses.
Y como dice, Jon Patxi Lerga, director general del Grupo SIFU, es necesario que esta figura aporte valor a las compañías, para contribuir a reducir el clima de temor al contagio: “La única certeza que tenemos es que la prevención es la mejor arma para luchar contra la propagación del COVID-19. Es la única manera que tenemos de protegernos todos y de poder retomar el camino a la normalidad cuánto antes”.
En definitiva, una figura clave tanto por su capacidad de garantizar la sanidad de un espacio de trabajo, como porque ahora, cualquier esfuerzo que sume en esta dirección, es más que bienvenido.