¿El futuro de la construcción? Los materiales biodegradables
La creciente preocupación por el cambio climático y sus consecuencias ha llevado el sector de la construcción a apostar por materiales cada vez más sostenibles y ecológicos. Para cumplir con este propósito se recurre a la tecnología, gracias a la cual es posible reutilizar los residuos o deshechos producidos por los seres humanos para captar CO₂ y reducir así la contaminación.
En el blog de hoy te contamos cuáles son los materiales con bajo impacto medioambiental:
Linóleo
Se trata de un componente sostenible y biodegradable fabricado con materias primas de origen vegetal como el aceite de linaza, piedra molida, corcho o resina. ¿El resultado? Una tela fuerte e impermeable que aumenta su resistencia con el tiempo, gracias a la oxidación del ácido linoleico. El linóleo puede ser utilizado como una opción de suelo biodegradable y puede incinerarse para proporcionar una fuente de energía relativamente limpia.
Micelio
El micelio es la parte invisible de los hongos, ósea, el conjunto de hifas (filamentos pluricelulares) que los componen. Si se combina con desechos de la granja en moldes, el cultivo de hongos forma ladrillos orgánicos que se pueden utilizar en la construcción, que posteriormente se descomponen y vuelven al ciclo del carbono.
Otras de sus aplicaciones son: tabiques, paneles estructurales, membranas aislantes, placas acústicas y es también un excelente adhesivo con materiales naturales como el yute, cáñamo o madera, evitando así el uso de resinas volátiles, que son perjudiciales para el ambiente y la salud.
Arena del desierto
La arena es el recurso natural más consumido en el mundo después del agua y el aire. Nuestras ciudades se construyen a partir de ella. Sin embargo, la arena no es un recurso inagotable. Por eso, un grupo de jóvenes investigadores del Imperial College London ha desarrollado Finite, un material parecido al cemento con la misma resistencia, pero con una huella de carbono nula.
Bioplásticos (soja)
A diferencia del plástico, los bioplásticos se descomponen más rápidamente y producen biomasa. Uno de los principales ingredientes utilizados es un adhesivo a base de soja que ayuda a reducir las emisiones de dióxido de carbono y el uso del contaminante cancerígeno formaldehído, al mismo tiempo que requiere temperaturas significativamente más bajas durante la producción. Aunque hasta ahora los bioplásticos de soja se han limitado a envases de alimentos desechables y bolsas de basura, tienen el potencial de poder ser utilizados en futuro en el sector de la construcción.
En definitiva, el empleo de estos materiales innovadores, junto con otros factores, podrán revolucionar el sector de la construcción en futuro.