El folclore en el diseño de oficinas: los beneficios del localismo
La variedad cultural es una de las mayores riquezas de la humanidad y las oficinas, lejos de actuar como espacios genéricos independientes de la idiosincrasia regional, deberían contener elementos locales que le proporcionaran una identidad orgánica dentro de su entorno. No es solo una cuestión de inclusión estética, sino también de bienestar humano: las personas tenemos un gusto innato por lo auténtico y no hay nada más auténtico en un contexto determinado que aquello que nació allí. En este sentido, incorporar el folclore local a la oficina mediante el diseño repercute positivamente en el rendimiento laboral de los trabajadores y en consecuencia en el rendimiento de las organizaciones.
Sonidos del aquí
Los sonidos influyen mucho en el estado anímico de las personas y un sonido folclórico puede aprovechar esta relación en favor de un mayor sentimiento de comunidad. Por ejemplo, con la utilización de músicas tradicionales de la zona en las salas de descanso, en las salas de ocio o en las salas de reunión informales. Piezas budistas en una oficina china. Piezas flamencas en una oficina gaditana. O piezas maorís en una oficina neozelandesa. Además, también puede favorecerse el sonido ambiental del exterior cuando este es agradable.
Decoraciones temáticas
Cada región presenta unos símbolos culturales diferentes: personajes, geometrías, colores... La idea del diseño localista es incorporar aquellos que sean propios de la región concreta en la que se inserta el edificio para acercarlo al espíritu local. No obstante, es importante llevar a cabo este proceso con cariño y respeto para no generar imágenes estereotipadas de las culturas. Para ello, es clave contar con diseñadores que sean de la región o la conozcan en profundidad para que puedan proyectar un concepto realista de su mundo visual.
Vegetación autóctona
La cultura de un lugar nace en relación a un entorno natural específico y, por lo tanto, resulta indivisible de este. Arabia no se entiende sin sus desiertos. Japón no se entiende sin sus cerezos. Y México no se entiende sin sus colibrís. En este sentido, el diseño de oficinas localista busca la selección de plantas autóctonas por dos motivos principales: son plantas que aumentan por sí mismas el grado de cultura local de la oficina y además atraen a la fauna salvaje de la zona, lo que también contribuye a enlazar el edificio con la personalidad del lugar.
Historia local
La historia es la base de la cultura. La forma en la que nos contamos el pasado afecta irremediablemente a la percepción que tenemos de una comunidad. Por eso el diseño de oficinas que aspire a lo local debe incluir elementos que cuenten la historia de la región y sus gentes. Desde cuadros del pasado a murales narrativos y pasando por infografías cronológicas, periódicos locales o una biblioteca con libros que hablen de las costumbres locales. Lo importante es que las personas que ocupan el edificio vayan imbuyéndose del carácter folclórico.
Gastronomía tradicional
Las culturas locales se desarrollan también mediante el estómago: la gastronomía regional juega un papel fundamental en la vida y en la autopercepción de las comunidades. En este sentido, el diseño de oficinas puede promover el localismo con decisiones creativas en la construcción de las cocinas que impulsen a los trabajadores a disfrutar tanto de la comida local como de la estructura social durante las comidas. Por ejemplo, cocinas americanas en Estados Unidos y mesas de madera enormes en los países mediterráneos.
Respeto a la multiculturalidad
Promover la cultura local no implica negar el resto de culturas humanas. De ahí la importancia de conocer bien la diversidad de las plantillas y construir oficinas sensibles a todas las manifestaciones culturales. Especialmente cuando median culturales con elementos antagónicos y en la que dar demasiado impulso a una podría resultar irrespetuoso para otra. En última instancia, se trata de fomentar un ambiente inclusivo y revalorizar lo local frente a lo globalizado. Las culturas se preservan practicándolas. Y es tarea de todos contribuir a dicha preservación.