Cómo evitar la contaminación visual en los espacios de trabajo

La contaminación visual es un concepto aplicable a los edificios y similar al horror vacui en arte, y hace referencia a cuando un espacio sufre un exceso de decoración o de objetos y que puede dar la sensación de lugar ‘abarrotado’ e incluso ‘desordenado’.  

Aunque inicialmente puede considerarse un problema meramente estético, éste puede afectar a la eficiencia de los trabajadores y a su bienestar, por lo que es importante detectarlo y solventarlo. 

Problemas que implica la contaminación visual  

Un exceso de información, que puede ser el resultado de un espacio visualmente abarrotado, puede fomentar la distracción de los trabajadores, la vista cansada e incluso cierto grado de estrés inherente al ser humano cuando tiene demasiados estímulos visuales.  

Un ejemplo más claro pueden ser las carreteras: nada debe fomentar que el conductor pueda distraerse, por eso no debe haber un exceso de señales y estas serán siempre lo más minimalistas posible, sin ofrecer demasiada información que obligue a los usuarios a decodificar en demasiado tiempo los mensajes (lo que podría causar accidentes).  

Cómo saber si un espacio necesita modificarse 

Aunque no existe un manual que sirva para poder ver de forma clara y absoluta cómo crear un lugar de trabajo ideal, sí que hay ciertas conclusiones y tendencias fácilmente aplicables y que van más allá de reducir el número de elementos de una sala: 

Las obras de arte y las plantas suelen generar un impacto positivo en los trabajadores, que mejoran su experiencia visual en el lugar de trabajo y ayudan a su vez a crear calidez en el entorno.  

Los espacios modulares también ofrecen muchas posibilidades, como podemos ver en Miguel Ángel, 23 en Madrid o Ciutat de Granada, 150 en Barcelona, ya que al ser espacios más amplios, es más difícil de entrada que puedan verse sobrecargados, y permiten también cambios mucho más ágiles y sencillos en la decoración. 

Es importante poder trabajar y visualizar antes de asentarse en una oficina las posibilidades que ésta puede tener, así como incluir los elementos necesarios, pero sin excesos, para que sea posible personalizar un lugar concreto de trabajo pero sin que este nunca se vea sobrecargado. En definitiva: menos es más.

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